Hay personas que nacen con unas características muy
especiales en su comportamiento frente a la sociedad, sus actuaciones siempre
apegadas a valores, un trato muy especial con sus semejante, cuidadosos hasta
para hablar, sus acciones están siempre encaminadas a hacer el menor daño
posible, seriedad a toda prueba y exhiben una responsabilidad frente a sus
obligaciones que raya el deber, ayudan sin demora en las cosas más difíciles
que se le puedan presentar a cualquier mortal no importa de quien se trate, sufren
con más intensidad las cosas que ocurren a su alrededor y cuando se trata de
aportar son los primeros en la fila.
Viven las bondades que practican con un fervor poderoso que
invade su cuerpo con sensaciones subliminales, expuestos siempre a condiciones
inexplicables que les elevan a un estadio de excitación poderoso, proyectándolos
con una sutileza inusual propia de esos seres especiales que se entregan si pedir nada como si fuera
su ultimo día en cada momento. Lo que le
permite al creador determinar que estos seres cumplen con los propósitos sin
demora y siempre son los primeros candidatos
elegidos por el poderoso, en tiempo relativamente cortos en su tránsito por
los caminos vividos en los campos terrenales de sus cortas vidas, donde se cree
cumplieron con todas las misiones que les fueron asignadas por el destino en la
tierra, para desde allí llevarlos al más allá, lo que los mortales normales no alcanzamos entender,
pero hacemos esfuerzos para imaginarnos que fueron llamados a un lugar
desconocido para asignarle nuevos retos acompañados de misiones con mayores
responsabilidades celestiales.
Estos seres especiales, después de marcharse de repente al más
allá, dejan en el interior de sus relacionados, sensaciones de vacío muy
dolorosas, que no pueden ser entendidas, marcándolos para siempre de manera
poderosa con una pena duradera por todo el tiempo y en cada instante de sus vidas.