El presidente Barack Obama promulgó hoy la ley que reformará el sistema de salud en Estados Unidos y que beneficiará a unos 32 millones de personas, de los cuales casi la tercera parte son hispanos.
La ley que promulgó el presidente pondrá en marcha reformas por las que generaciones de este país han luchado durante años", aseguró el presidente estadounidense, sonriente por lograr este exito desde el día que asedió a la primera magistratura de Estados Unidos.
Se calcula que la reforma beneficiará a unos nueve millones de latinos, de los cuales un número significativo de dominicanos gozaran de estos beneficios. Aun cuando han quedado excluidos los indocumentados, que no podrán tener acceso a una cobertura médica universal, como reclamaban las organizaciones defensoras de los inmigrantes.
Ante la presencia de cerca de 280 invitados, entre los que se contaban tanto los legisladores que protagonizaron el proceso como ciudadanos ordinarios beneficiados por la medida, Obama firmó la medida con un total de 22 plumas estilográficas.Dos se guardarán para los archivos, y las otras veinte se regalarán como recuerdo a algunos de los invitados."Hoy, tras casi un siglo de pruebas, hay tras más de un año de debate, hoy después de que se han contado todos los votos, la reforma del sistema sanitario se convierte en ley en Estados Unidos", subrayó Obama.El presidente, para el que la medida representa el mayor triunfo de su mandato y un logro que había esquivado a quienes le precedieron en el cargo, dedicó la firma, entre otros, a su madre, fallecida de cáncer y que "hasta los últimos días de su vida tuvo que pasarlos peleando con las aseguradoras".
En la abarrotada ceremonia se encontraban, entre otros, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, y Vicky Kennedy, la viuda del senador Ted Kennedy, quien hasta su muerte de cáncer el pasado agosto dedicó su vida en el Congreso a la reforma del sistema sanitario. Por tal razón el presidente Obama lucía en la ceremonia un brazalete azul que le había regalado Vicky.
Los presentes, tan entusiasmados como el propio presidente, recibieron a Obama con gritos de "fired up and ready to go", uno de sus lemas de campaña. Al vicepresidente Joe Biden incluso se le escapó una palabrota, al estrechar la mano de su jefe y comentarle que "es un logro de puta madre".
Tras la firma, el presidente estadounidense se desplazó al Departamento del Interior para otra ceremonia de celebración más amplia, de 600 invitados, a los que afirmó que "es por ustedes que no he abandonado" la lucha para hacer realidad la medida.Pero no todos los estadounidenses celebraban la aprobación. Esta tarde, los fiscales generales de trece estados del país presentaron en Florida una apelación ante los tribunales en la que ponen en duda la legalidad de la reforma.
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