Por Orión Mejía
La pobreza conceptual que exhiben algunos partidos y candidatos en la campaña electoral se refleja en la escaramuza mediática montada para desacreditar un parque temático que construye el Ayuntamiento del Distrito en la avenida John Kennedy, como si ese fuera el hoyo negro de los males nacionales y no una obra útil levantada sobre un área verde recuperada por el cabildo.
Roberto Salcedo
Este puede ser una de las pocas sociedades donde se organizan campañas contra lo que se hace, como este parque, las plazas “Las Canquiñas”, el Metro, los túneles y elevados, y no en torno a lo que no se hace, como debería ser.
Algunos aspirantes a puestos congresuales basan su proselitismo en un mensaje “otorrino”, al señalar que de ganar una curul serían “ojos, oídos, y voz de los votantes, pero sin enumerar una agenda legislativa que impulsarían desde el congreso.
Ahora para ser alcalde o permanecer en el puesto es pecado jugar golf, porque los tiempos son del dominó, como si las preferencias deportivas o recreativas del aspirante sean asuntos de vida o muerte, y peor sería si el candidato hizo alguna vez reír a la gente porque lo que vale ahora es quien la puso a llorar.
Alfredo Pacheco
En vez de estas hogueras mediáticas impropias de una sociedad civilizada, la ciudadanía aspira a que partidos y candidatos levanten una gran ferias de propuestas y proyectos en los ámbitos congresuales y municipales para que sea factible escoger los mejores entre los buenos.
Es por eso que se resalta como aporte positivo a la campaña electoral el “Pacto por el Progreso” endosado por los candidatos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y fuerzas aliadas, que incluye ocho iniciativas o compromisos legislativos que de aplicarse ayudarían a consolidar el crecimiento económico, desarrollo social e institucionalidad democrática.
Ese acuerdo incluye el compromiso de aprobar leyes que promuevan la creación de empleos, un estatuto contra la extorsión criminal y organizaciones corruptas, conocido como Ley Rico, impulsar el Plan Decenal de Educación, la consolidación del Programa Solidaridad, Protección del Medio Ambiente, así como todo el trabajo legislativo para adecuar el ordenamiento jurídico a la nueva Constitución.
A más de cincuenta años de tormentosa vigencia del espacio democrático, parece llegado de que la perversa práctica de procurar ganancia política sobre la base del infundio, ceda paso a un debate político de altura y profundidad.
Estas elecciones deberían ganarse con planteamientos como los contenidos en ese Pacto por el Progreso y no con humaredas como la levantada en torno al parque temático.
Santo Domingo, R.D., sábado, 17 de abril de 2010
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